Buen día.
Nos recreamos hoy en el estudio, no con la suficiente profundidad que quisiera, de un movimiento o mejor, tendencia, dentro de lo que la pintura y la escultura tiene de arte, que alcanzó gran popularidad durante el siglo XIX.
Oriente vino a significar para las gentes habitantes de la ciudades occidentales un mundo excepcional, en el que el lujo y la seducción se entrelazaban.
Tanto es así que temas como la campaña de Egipto, (1798-1799), la guerra de la independencia de Grecia (1821-1829), la de Crimea (1854-1855) y la apertura del Canal de Suez (1869) sentaron las bases para que la temática orientalista calara entre los artistas y su público.
De esta forma, muchos grandes pintores viajaron por países y culturas de Oriente Medio, se inspiraron en ciudades como Argel, El Cairo y la mítica Constantinopla.
La técnica que abunda en el orientalismo está situada entre lo que podríamos considerar la emoción romántica y el conocimiento de otras muy diferentes culturas.
Y fue gracias a las Exposiciones universales de los años 1855 y 1867, celebradas en París como consiguieron ganarse todo el favor del público.
En las escenas que el orientalismo viene a abundar destacan, sobre todo, las mujeres, que hacen su vida en los harenes, en tanto los hombres, son protagonistas de acciones como la caza o la lucha.
Los paisajes sirven no solo de fondo, sino de tema de muchas obras, siendo el desierto la principal.
En las obras que veremos a continuación destaca esa cálida luz que hace del claroscuro protagonista, siendo los colores tornasolados, y suelen recrear escenas que están llenas de sensibilidad.
Mariano Fortuny - La batalla de Tetuán
El Orientalismo fue tratado de forma especial en Francia, y tenemos exponentes en los mejores pintores del siglo XIX, como Jean Auguste Dominique Ingres, cuyas escenas están formuladas en base a un irreal exotismo, abundando en la presencia de bellas odaliscas.
La gran odalisca, Ingres
El baño turco, Ingres
La joven bañista, Ingres
Eugène Delacroix nos sorprendió con sus obras que desarrolló después de sus viajes a Marruecos, destacando la luz y los colores vibrantes.
Theodore Chassériau, tras su viaje por África, adoptó fórmulas que podemos observar tanto en Ingres como en Delacroix.
Mujeres de Argel - Delacroix
La muerte de Sardanápalo -Delacroix
Interior de harem - Chasseriau
Árabes en un abrevadero - Chassériau
Por lo que respecta a Eugène Fromentin, en sus cuadros disfrutamos escenas de caza, así como caravanas, todo ello con una magnífica paleta de colores.
Por su parte, Léon Belly, de vuelta de sus viajes por el Líbano y Egipto, nos dejó unos más que sorprendentes paisajes, y Gustave Guillaumet, no solo viajó sino que residió en Argelia, adoptando un estilo del todo naturalista.
Eugène Fromentin
Eugène Fromentin
Léon Belly -Las sirenas
Léon Belly - Caravana de peregrinos a la Meca
Sahara - Gustave Guillomet
En nuestro país, podemos destacar la singular y bellísima aportación a esta técnica por parte de Marià Fortuny, quien también viajó a Marruecos y plasmó en su obra todo lo que de pintoresco envuelve el mundo árabe, adornado con un colorido excepcional. Finalmente, Josep Tapiró y Antonio Fabrés abundaron en la temática de temas marroquies, siendo el suyo un estilo afín al realismo iluminista.
Odalisca - Fortuny
Tapiró
Antonio Fabrés
Todo movimiento o tendencia pictórica y/o escultórica tiene una mayor incidencia en determinados países, dependiendo del gusto y la afición de aquéllos que se decantan por ciertas escenas y personajes, amén de la utilización de técnicas que suponen una nueva revolución dentro de lo que está considerado como clásico.
El Orientalismo ha sido y es una fuente de inspiración que tiene una justa representación en multitud de maravillosas obras, dispersas por los diferentes grandes museos, amén de colecciones privadas, y algunos de los pintores que aparecen citados en este artículo tienen el suyo propio en este blog.
BUEN DÍA A TODOS
Fuentes: Movimientos de la pintura.
Larousse.
Wikipedia.
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