sábado, 20 de mayo de 2017

GIOVANNI SEGANTINI.- DONDE HABITA LA LUZ.

Giovanni Segantini

Buen día.

Hoy tenemos una cita ineludible con un pintor italiano, nacido en Arco, el 15 de enero de 1858, y fallecido el 28 de septiembre de 1899, en Engadina: GIOVANNI SEGANTINI.






En Giovanni Segantini nos encontramos con un estilo pictórico que nos llama poderosamente la atención por su originalidad, no sólo en cuanto a la técnica, sino también en la temática de sus variados cuadros. 
Si bien al contemplar una obra de Segantini nos vemos asaltados por sentimientos que llaman a la naturaleza tranquila y sencilla para el hombre, es del todo necesario prestar la debida atención pues esa aparente serenidad se ve alertada por determinados elementos que nos producen una cierta perturbación, entre ellos, la presencia de la muerte, o la difícil situación en la que las personas viven sus existencias.





Es la suya una forma de trabajar la pintura de una forma fragmentada, abundan los colores, y nos llega a acercar a determinados aspectos de la también obra de Seurat, más descarta toda preocupación formal y decorativa. Y si nos detenemos en algunas de sus obras, encontraremos paralelismos con Munch o Van Gogh, en lo que es la visión dramática de la naturaleza, en el posicionamiento a favor del protagonismo de los paisajes y los seres humanos rústicos.




Giovanni Segantini nació en el seno de una familia muy humilde, en Arco, una pequeña ciudad en el Trentino, por entonces perteneciente al imperio austro-húngaro.
Huérfano de madre desde muy pequeño, pasó a vivir con unos parientes en Milán en 1865, y fue gracias a la influencia de su hermano que se decidió por estudiar artes plásticas en cursos nocturnos en la Academia de Brera, entre los años 1875 y 1879.
Curiosamente, cuando falleció su madre solicitó se le revocara su nacionalidad austriaca, si bien no pudo obtener la italiana, tal y como era su deseo, por lo que fue un apátrida durante toda su vida.



En 1886 se trasladó a una aldea en el cantón suizo de los Grisones, Savognin, y fue allí donde su pintura se acercó al movimiento divisionista, abundando en la temática de paisajes alpinos y también escenas de tono religioso.
Su amistad con el pintor italiano Francesco Filippini le proporcionó la oportunidad de poder exponer, como fue el caso de la Italian Exhibition de Londres, alcanzando notable éxito.
Es este el momento en que su pintura se conjuga entre el divisionismo y el simbolismo, adquiriendo su arte una cierta complejidad y sobre todo, alcanzó una gran riqueza cromática.



Es así como siendo joven conoció de la popularidad y fue objeto de homenajes, más su pronto fallecimiento a la edad de 41 años, y como consecuencia de un ataque de peritonitis acabó con la que podría haber sido una más que brillante trayectoria, que le impidió la aproximación al simbolismo.

El castigo de la lujuria

(El castigo de la lujuria, también conocido como El castigo del lujo, forma parte de una serie de obras que tienen como base el simbolismo católico, que Segantini pintó entre los años 1891 y 1896, con la temática común de "las malas madres")


En la obra de Segantini es de una importancia capital el uso de la luz, con la intención de transmitir espiritualidad.
Tras su fallecimiento su obra atrajo a una serie de conocidos pintores y admiradores como Munch, Ensor y Kandinsky, a raíz de la sensualidad que se puede observar en su obra.






BUEN DÍA A TODOS

PURA KASTIGÁ
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Fuentes: Wikipedia
www.biografiasyvidas.com
1001 pinturas que hay que ver
antes de morir. Grijalbo


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