sábado, 8 de julio de 2017

VITTORE CARPACCIO.- JOVEN CABALLERO EN UN PAISAJE.




Buen día.

Para todos los amantes del arte, los que disfrutamos con la contemplación de una pintura, existe el hecho evidente de que ante una obra que nos emociona no podemos evitar su detenida observación, que se repite una y otra vez.
En ese maravilloso templo del arte, la cultura y la belleza que es el Museo Thyssen-Bornemisza nos podemos encontrar con una pintura, concretamente un óleo sobre lienzo, con unas importantes dimensiones, 218,5 x 151,5 cm, que con el nombre de "Joven caballero en un paisaje", y cuyo autor es el veneciano VITTORE CARPACCIO es una de las más deliciosas joyas que tiene entre sus fondos el antedicho Museo.



Sobre su autor existe poca documentación, si bien que podría haber nacido en Venecia, hacia 1460 y fallecido en la misma ciudad, entre 1525 y 1526.
Asimismo, tampoco se tienen datos sobre quién fue su maestro, si bien es aceptado como creíble que tuviera una principal influencia de Gentille Bellini.
Entre sus características más importantes está su gusto por lo anecdótico y su percepción del todo detallista del abigarrado escenario veneciano. 
Sin lugar a dudas, está considerado como el pintor veneciano más destacado de su generación, después de Giovanni Bellini.
Destacó como un más que renombrado retratista, siendo solicitado no solo en Venecia, sino en otras ciudades, pues su fama la debe también al hecho de ser un pintor de ciclos decorativos para las scuole venecianas, en las que el lienzo es utilizado como soporte.
Su primer trabajo lo llevó a cabo por encargo de la Scuola de Sant´Orsola, entre los años 1490 y 1494, y que, al día de hoy, podemos admirar en la Galleria dell´Academia. También sus obras dedicadas a San Jorge y a San Jerónimo para San Giorgio degli Schiavori, datadas entre los años 1502 y 1508.



La obra JOVEN CABALLERO EN UN PAISAJE está datada en 1510, tal y como se desprende de la nota -cartellino- que aparece a la derecha, en el ángulo inferior de la misma, donde se recoge la firma del autor y el año de su ejecución.
Inicialmente se pensó que el autor de la obra era Durero, pues los dos cartellini habían sido repintados y sobre uno de ellos aparecía el anagrama del artista alemán.
A este equívoco contribuyó el hecho de la más que minuciosa descripción de los animales y plantas muy propios de las obras firmadas por Durero, y que se supone que Carpaccio conoció en Venecia.
Más en el catálogo de la subasta que se celebró en Christie´s que tuvo lugar en noviembre de 1919, la obra ya aparecía como atribuida a Carpaccio, y ello vino posteriormente confirmado cuando la pintura fue objeto de una limpieza, en 1958, y por la que vieron la luz las inscripciones originales.


El joven caballero que aparece retratado ha tenido múltiples interpretaciones en cuanto a su identidad, pues se le consideró como un miembro de la orden del Armiño, en función de que su divisa Malo mori quam foedari -Antes morir que ser deshonrado-, figura, asimismo, en otro cartellino, a la izquierda en el ángulo inferior, y que además nos muestra la imagen de este animal, un armiño.


Siguiendo con los estudios relacionados con la posible identidad del joven caballero, existe otra teoría, la de Agathe Rona, que en 1983 afirmó que el modelo era Fernando II de Aragón, pues la dinastía de éste está vinculada de forma directa con la Orden del Armiño. No obstante, también hay quien afirma que se trata de un príncipe de la casa de los Habsburgo.
No obstante, se acepta, al día de hoy, como más acertada la opción de que el caballero en cuestión es Francesco Maria della Rovere, III Duque de Urbino, tal y como así consta en un catálogo de una exposición monográfica sobre Carpaccio que tuvo lugar en Venecia, en 1963.



La escena nos ofrece una singular interpretación, pues el caballero es el eje central de la obra, y va vestido con una armadura,y en tanto gira la cabeza hacia la derecha, su cuerpo lo está hacia la izquierda, la mirada parece un tanto perdida, lo cual abunda en la nostalgia que nos sugiere su contemplación.


El fondo sobre el que aparece retratado es de una cierta calma, pese a que el joven caballero mantiene entre sus dos manos su espada, y en él observamos una figura que va a caballo, y a su lado un perro, mas no existe ningún tipo de comunicación, ni siquiera visual, entre ambas figuras.
Es de destacar la minuciosidad con la que ha sido descrito el paisaje, en cuyo fondo se ve una ciudad amurallada, y abundan tanto diferentes especies animales, como flora variada.
Significativo es el hecho de que el retrato lo es de cuerpo entero, estando considerado uno de los primeros que, realizados de esta forma, empezaron a aparecer en la pintura europea.





Su visión en directo es impresionante, no ya sólo por las dimensiones de la obra en cuestión, sino por cierta extraña sensación que no alcanzamos a definir, y que tal vez, en ella también estuviera pensando el "Joven caballero".



Disfruten con esta bellísima obra.



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Directorio Hispano de las Artes


Fuentes: Museo Thyssen-Bornemisza.
Diccionario de Arte. Ian Chilvers.

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