viernes, 8 de septiembre de 2017

EL AURIGA DE DELFOS.- LA BELLEZA DEL ESTILO SEVERO.




Buen día.


Hoy nuestra historia se centra en eso en la historia, y en la escultura, pues con el nombre de EL AURIGA DE DELFOS nos remontamos al conocimiento de una de las escasas esculturas originales en bronce que se conservan del siempre delicioso mundo griego.

 



Fue encontrado en el santuario de Delfos y está datado hacia el año 474 a. C., siendo esculpido para conmemorar la victoria del tirano Polyzalo de Geia (Sicilia), en una carrera de cuádrigas de los Juegos Píticos -precisamente los que tenían lugar en honor del dios Apolo, en el santuario de Delfos-.
Es del todo seguro que la figura formara parte de un grupo más numeroso, pues del mismo sólo nos quedan pequeños fragmentos que se identifican como partes de cuatro o seis caballos y un esclavo, de pequeña estatura, que iría situado entre ellos.



El Auriga de Delfos tiene una altura de 1,80 metros, y está realizado en bronce, con los ojos de pasta vitrea y sus labios aparecen recubiertos por pequeñas laminillas de plata, que marcan su expresividad, y a base de varias piezas separadas y soldadas con posterioridad, circunstancia que era frecuente en grupos escultóricos que estaban formados por varios personajes.






Su creación se la debemos, o al menos, así se atribuye, a Pitágoras de Regio, y se conforma dentro de lo que se conoce como Estilo Severo, que fue un periodo previo al Clasicismo griego. Inicialmente se cree que estaba policromada,según se desprende de restos que aún conserva la diadema que porta el auriga.






Con el llamado Estilo Severo los convencionalismos de la Etapa Arcaica quedaron atrás, y para ello nos centramos en diferentes aspectos de la representación de la figura del auriga, como son el giro de la cabeza, la proyección hacia adelante de sus brazos e incluso la torsión del cuerpo, pues se alejan del concepto vigente hasta entonces de la frontalidad de la figura.

Su modelado es mucho más detallado y rico en matices, tal y como se desprende de las superficies del pelo y el peplo, con el delicioso marcaje de los pliegues de la antedicha vestidura (peplo).


La expresión de la figura es de serenidad, haciendo una llamada a lo que viene a denominarse ethos griego, que nos señala el dominio de las pasiones, circunstancia que adquiere la condición de virtud, como ideal de la ciudadanía griega.




Para contemplar al AURIGA DE DELFOS en todo su esplendor, desplazarnos hasta el Museo Arqueológico de Delfos, donde la figura de éste ha sido concebida dentro de un entorno que nos ayuda a imaginar como sería el resto del conjunto escultórico.

Disfruten de esta maravillosa y singular obra.

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Fuentes: Wikipedia.
www.auladehistoria.org.



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