domingo, 3 de diciembre de 2017

EL ARTE BIZANTINO.- LA IGLESIA DE SAN VITALE.



Buen día.

Nos adentramos hoy en el fascinante mundo de la arquitectura relacionado con la historia, así como la decoración, y para ello tomamos como referente el conocido como "Arte Bizantino".
El estilo bizantino tiene su origen en Bizancio (Constantinopla), capital que fue del Imperio Romano de Oriente, a la vez que símbolo de la civilización cristiana.
Una ciudad en la que confluían toda la gloria de Roma, aunando el conocimiento y arte del mundo antiguo, con las formas de vida que se gestaron en el cercano oriente asiático, así como en Persia.



Su arquitectura estaba caracterizada por la presencia de grandes cúpulas que dominaban lo que era todo el espacio central. 
Y este arte bizantino vivió su máximo esplendor durante la etapa del emperador Justiniano, siendo una de sus obras maestras la Iglesia de San Vitale, en Rávena, construida hacia la mitad del siglo VI, sobre un edificio de planta octogonal, culminado por una cúpula a su vez sustentada por un tambor y ocho fuertes pilastras. Estas últimas se encuentra unidas entre sí por un más que curioso sistema de grandes arcos que fueron aligerados mediante triples arcadas, lo cual da una sensación de libertad y elegancia. 
En la maravillosa construcción nos podemos deleitar con la utilización de mármoles policromados y veteados de gran valor, como el pórfido, el jaspe o incluso el ónix.



Un delicioso viaje el que nos proporciona el hecho de pasear por su interior, donde los efectos de luz son bellísimos, y los contrastes entre luz y sombra, nos sorprenden con la delicadeza de los mosaicos, realizados a base de oro y de diferentes colores, los mármoles de los capiteles o de las cancelas que, a su vez, nos introducen en un mundo de ensoñación orientas.



Un elemento fundamental y que nos da una idea de la belleza de la Iglesia de San Vitale la debemos a la policromía interior.
Los bizantinos utilizaban para los mosaicos una técnica procedente de los romanos, de la que eran verdaderos maestros los artistas orientales.
La singularidad de la técnica consistía en que en lugar de utilizar teselas de mármoles de colores, se decidieron por emplear teselas de pasta de vidrio polícromo con fondo de oro, fragmentos de nácar irisado y hermosas y cuidadas piedras duras. 
Es debido a ello que las imágenes bizantinas nos hablan con un lenguaje del todo propio, para lo cual las figuras y los símbolos eran un medio de transmitir la doctrina cristiana.



Destacar la figura de Cristo que aparece representada en la semicúpula sobre un cielo, y que como podemos observar, la figura de Cristo está sentada sobre un globo, símbolo del cosmos, tal y como lo estaban los emperadores romanos. En su mano derecha porta una diadema o corona, en tanto en la izquierda el Evangelio. Su vestimenta la constituye una túnica púrpura bordada en oro y con pequeños pespuntes en forma de estrella.
Debajo del que es su trono, observamos cuatro ríos de gracia que hacen crecer un prado en el que florecen lirios. 
A ambos lados de Cristo se distinguen dos figuras que adoptan la forma de arcángeles vestidos ambos de blanco; asimismo, a la derecha de Cristo está representado San Vitale , a quien está dedicada la iglesia, y justo en el lado opuesto, el obispo de Rávena que curiosamente sostiene entre sus manos una maqueta de la iglesia.
Por lo que respecta al resto de la figuras representadas en los mosaicos se trata de personajes históricos, identificados por medio de sus vestiduras tal y como obligaba la corte.



No podemos obviar el mosaico en el que aparece representado el emperador Justiniano, vestido con la llamada clámide, o manto de  sea púrpura que estaba reservado a la mayor autoridad. En su cabeza porta una aureola, a diferencia del resto de los personajes, y una corona adornada a base de piedras preciosas.
En sus manos porta la ofrenda del pan eucarístico.
Justiniano aparece acompañado de dignatarios y guardia imperial, a su derecha, en tanto en la izquierda, se sitúa Maximiano, el obispo de Rávena y los sacerdotes.
Todo el conjunto exige una lectura que nos habla de la ideología y religión, de sus ritos y gestos, e incluso los colores de las diferentes vestiduras sitúan a cada personaje en un estatus social.




Otro de los mosaicos de especial belleza es el dedicado a la emperatriz Teodora, quien ejerció una gran influencia sobre su  esposo, rodeada de un séquito de damas de la corte y portando la ofrenda de la eucaristía del vino. Destaca la belleza de su diadema y el collar imperial a base de perlas.




Los artistas bizantinos se servían de un código visual para la interpretación de aquello que pretendían transmitir mediante la representación de las figuras alineadas, de manera frontal, por lo que destaca la total ausencia de relieve corporal, así como de profundidad espacial.
No obstante, la belleza conseguida gracias al especial resplandor del oro, el color puro y la policromía del conjunto son todo una maravillosa expresión de la grandeza de esta etapa histórica, reflejada en construcciones tan impresionantes como la IGLESIA DE SAN VITALE.



Gracias por acompañarme en este delicioso paseo....

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Directorio Hispano de las Artes



Fuentes: Wikipedia.
Historia del Arte. Susaeta.

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